jueves, 19 de agosto de 2010

Guía rápida de ligoteo playero (100% de resultados satIsfactorios)

Querid@s amig@s tod@s:

Se acerca el final del verano y si aún no os habéis comido un colín, es el momento de poner remedio. Si tenéis planeado viajar a las playas de levante, daos mucha prisa porque la gota fría es en septiembre. He aquí unos fáciles y rápidos consejos para arrebatar ese cuerpo que tan cachond@ os pone en la orilla:

1.- Quedar impasible ante la mirada atenta del objetivo: En el momento que atisbéis cualquier indicio de interés hacia vuestra persona, quedaros impávidos, quietos, sin mover ni las cejas. Da igual donde estéis, en el agua, en la arena, en el lava-piés... quedaos quietos y por nada del mundo quitéis la mirada (que la quite el otro si tiene huevos/ovarios).

2.- Confirmar tus sospechas: Una vez hayas vuelto a tu puesto base (es decir, a tu toalla) vigila cada movimiento de la presa. Si el miroteo sigue, continuadlo. Seguid con la técnica anterior... No quitéis la cara y si os parece (ya es el momento) esbozad la primera sonrisa (dientes, dientes, que es lo que les jode).

3.- Toma la iniciativa: Querid@, no se te caen los anillos por ser tu quién rompa el hielo. Una técnica infalible, vieja pero muy de moda este verano, es forzar a la presa a moverse... ¡llévala a tu territorio! Una buena manera de hacerlo es yéndote al agua. Si ves que la presa va detrás de tí, ten por seguro que te lo comes. Eso sí, tu trabajo aún no ha terminado...

4.- Entabla conversación: Da igual lo que digas, pero di algo... aunque sea una baratez. El tiempo, una vez más, es nuestro mejor aliado: Del "Qué mañana más buena de playa, miarma" al "me parece muy intrigante que las mareas se formen por el influjo de la Tierra, la Luna y el Sol" tenéis un gran abanico de posibilidades para obtener vuestro fin, que no es otro que comerle la boca a vuestro amigo/a.

5.- Píde el teléfono y a disfrutar: Una vez os hayáis comido los morros (acto que se consigue cumpliendo a rajatabla los pasos anteriores) pide el telefono de una manera muy somera. Eso sí, antes de nada propón una copa por la noche, para veros duchaditos y .... vestidos, claro.

Queridisim@s todos, os parecerá simple, pero una gran cantidad de estudios de casos/control avalan mi teoría. Tras intercambiar algunas palabras con la presa sabréis si es o no una camarada mariculta. Si no lo es, y aun así queréis continuar hasta el final, no utilicéis la técnica de las mareas y los astros. Si tenéis algún dato, contrastado, que creais útil para la comunidad, por favor dejad comentario.

domingo, 15 de agosto de 2010



Coil era una banda británica cuyo cantante murió de la forma más tonta posible. Se cayó por las escaleras y simplemente se mató. Sin más. Sin dolor, sin padecimiento, sin agustia. Para los frikis como yo dejó una buena ristra de albumes de música industrial imprescindibles. Úna de sus canciones comienza diciendo "Does death come alone or eager in reinforcements?" como vaticinando su fatal caída. En su caso la muerte vino acompañada de una escalera.




Decía una canción que a Ox le encanta, que "las cosas más triviales se vuelven fundamentales"... y es una verdad como un templo. Estas nimiedades pueden convertirse en objeto de guerra interna en la mentalidad de las personas trastornadas. Cuando esa guerra se externaliza, se hace pública, las consecuencias pueden ser nefastas. Esto es tan válido para los grandes imperios como para la persona más llana y simple.




Si hay una cosa a la que tengo miedo en la vida es a acabar perturbado. Considero que la locura patológica no diagnosticada es un arma que supera en crueldad a los kalachnikov rusos. En estos pacientes (me tomo la licencia de llamarlos así) no es posible predecir comportamiento alguno... o quizás sí... quién sabe. Lo más peligroso es la obsesión, material y espiritual. La realidad es tan transformada que un cuadro cubista parece presentarse en sus mentes. Y en el centro, el objeto deseado, el ser que nutre al perturbado y por el cuál aumenta su perturbación. Me pregunto cómo será la esfera onírica de estas personas. Me imagino algo similar al Limbo descrito por Dante, dónde buenos y malos pensamientos esperan pacientemente a ser separados.




Cuando lo anhelado por el trastornado es una persona, la fatalidad es aun mayor. Sólo otro trastornado sería capaz de aguantar esa guerra fría que finalmente uno ha de declarar.




El cantante de Coil se llamaba John Balance. Su socio en la banda publicó su muerte y funeral a través de una plataforma digital y al menos un centenar de personas acudieron a su despedida. No se qué es lo que pasaba por su cabeza cuando componía su música. No creo que John Balance fuera un transtornado (más bien me parece un genio, por su legado). Simplemente he vuelto a escucharle y me ha animado a escribir este post.